Seguimos en este segundo episodio de la nueva temporada con nuestro periplo africano. Hoy nos vamos al sur más sur del continente para llegar a Sudáfrica. Ya estuvimos por allí en otra temporada paseando por Johannesburgo descubriendo alguna librería y alguna biblioteca. En este episodio, llegamos a Ciudad del Cabo para conocer la Biblioteca Jagger. ¿Os suena?
Empezamos por Ciudad del Cabo. Una ciudad costera que comparte la capitalidad del país junto con Pretoria pero que también es la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, después de Johannesburgo. Muy conocida por sus vinos y sus playas, vamos a descubrir otro de los lugares interesantes de la ciudad. La Biblioteca Jagger que nos ocupa hoy era una sala de lectura que durante bastante tiempo fue la principal sala de la red de bibliotecas que pertenecen a la Universidad de Ciudad del Cabo. Y digo fue porque en 2021 se incendió. Pero luego vamos a eso. Vamos a empezar por el principio.
Fundada en 1929, la biblioteca lleva el nombre de su benefactor, John William Jagger, algo que hemos visto en otras bibliotecas, como en Bristol, y que a mí me parece muy anglosajón. Fue benefactor de otras bibliotecas de la Universidad del Cabo. Originalmente fue la biblioteca principal de la universidad y fue cambiando al ritmo de las necesidades de la universidad. Así que fue centro de préstamos temporal y luego, entre 2000 y 2011, sala de lectura de la Biblioteca de Estudios Africanos del centro. En 2011, la Universidad quiere restaurar su hall y esta biblioteca para volverla a su estado original. Los balcones que se ven en algunas fotos de la biblioteca fueron incorporados en los años 60 y 70 y en esta reconstrucción se eliminaron (1).
Un incendio forestal en abril de 2021 acabó llegando al campus y afecto a la biblioteca Jagger que era de las más antiguas del continente. («Un incendio destruye manuscritos antiguos de la histórica biblioteca Jagger de Ciudad del Cabo». La Vanguardia. 19 de abril de 2021) Durante el incendio un gran número de personas participaron como voluntarias para intentar salvar la biblioteca. Este grupo de personas se llamaba “army for the archive’ y como ya vimos en el incendio de la biblioteca de Los Ángeles, sorprendentemente algo se puede salvar y a partir de ahí, el objetivo principal es quitar cuanto antes los libros del agua y el moho y salvarlos. En este caso, cuando entraron en el edificio encontraron que la zona de los sótanos había libros no quemados. Ahí comenzó el esfuerzo de muchas personas voluntarias para hacer todo lo posible por salvar libros. Por otro lado, pensad que era abril de 2021 y el COVID todavía obligaba a distancia, llevar mascarillas… (2) En la web explican y ponen cara a toda la labor de personas voluntarias y han querido hacer un homenaje a todo ese trabajo.
Se decidió no reconstruir la biblioteca pero en torno a ese proyecto de la memoria de la Biblioteca podemos encontrar distintos proyectos interesantes: https://lib.uct.ac.za/jagger-recovery . Por ejemplo, hacer una visita virtual de 360 grados por los restos de la biblioteca que se acompaña de un mapa para que nos situemos con su imagen original (3). También podemos ver en fotos las fases de recuperación y restauración de los libros afectados por el incendio (4) o un hastag para redes sociales y compartir recuerdos que tienen que ver con el paso por esa biblioteca. Personas de distintos países que habían pasado por esa sala para investigar sobre temas africanos comenzaron a compartir esa idea de lo importante que había sido ese lugar en distintos momentos de sus vidas y el valor de lo que allí había archivado relacionado con la tradición e historia del país (5). Y A pesar de la escasa repercusión mediática que tuvo este incendio, los científicos que habían pasado por allí utilizaron sus redes sociales para que compartieran con la biblioteca aquellas fotos, fotocopias que hubieran hecho durante su investigación para poder “recuperarlo” de algún modo (6).
Y aquí podéis ver un vídeo donde el personal y personas usuarias explican lo que h supuesto la pérdida de la biblioteca: https://www.youtube.com/watch?v=e3S-1xRoMoA De nuevo, esa relevancia de las bibliotecas como espacios comunitarios que la gente ama y quiere proteger. Se me ocurren muchos motivos por los que esto es así, pero también creo que cada una de nosotras podemos encontrar uno diferente.
Entre los escombros, manuscritos y mapas, pósteres históricos que podemos ver ahora en digital, pero también investigaciones contra el apartheid o acuarelas de la flora y fauna desde 1881, pintadas por población indígena no se salvaron (7). Como otras bibliotecas que hemos visitado está llena de colecciones y algunas de ellas, hoy en día, digitalizadas porque empezaron a hacerlo en 2015 y algo se había avanzado (8). Así que podemos ver algunos documentos directamente desde casa. Y de todas ellas he seleccionado dos que creo que os van a gustar.
Además de la biblioteca Jagger, la Universidad del Cabo es conocida por su herbolario. Y ahí cabe mencionar a una botánica que lo gestionó: Bolus Herborium lleva el nombre de la familia de Louisa Bolus. Fue su tío que fundó este lugar. Ella acabó llevándolo y fue su lugar de investigación y publicación. Ella publicó varios libros, entre ellos dos volúmenes sobre flores sudafricanas incluyendo alguna que lleva su nombre (9).
Esta biblioteca tenía “colecciones especiales” y la más relevante, sin duda eran los más de 85.000 documentos relacionados con Estudios Africanos de los que se han perdido un 45% (como dicen en el vídeo del que os hablo más arriba). De hecho su colección de películas africanas era la más grande del mundo con más de 3000 películas disponibles (10).
Y para acabar, una colección de pequeñas muestras del trabajo de una mujer sudafricana de la que ya hablamos en el episodio de Johannesburgo. ¿Os acordáis de Olive Schreiner, Escritora de la que dicen que escribió la primera novela sudafricana? En la biblioteca municipal de Johannesburgo tienen también cosas suyas, también digitalizadas, pero ya en aquel momento os hablé de la web que tiene toda la información sobre sus cartas y manuscritos indicando las bibliotecas y centros donde se conservan sus originales (Aquí lo tenéis: https://www.oliveschreiner.org/vre?view=collections). En la biblioteca de Ciudad del Cabo podemos encontrar extractos de su obra “Man to man” y escritos en un periódico (11).
Para que os acordéis mejor de ella en aquel momento os conté que había sido activista contra el racismo en Sudáfrica y feminista. Fue amiga de Eleonor Marx, la hija de Karl Marx y voz del socialismo en Europa y tenemos algunas cartas entre ellas entre esos manuscritos. Uno de sus libros más famosos dentro del movimiento feminista es Women and labour, publicado en 1911. Analiza la cuestión del trabajo de la mujer fuera de casa que era un tema muy debatido en ese momento. Pero esto libro tiene una gran historia. Lo empezó a reflexionar y escribir en la década de 1880 y lo terminó muchos años después, ya de vuelta en Sudáfrica después de su paso por Escocia e Inglaterra, en 1899. La guerra de los Boéres le obliga a huir de su casa dejando el manuscrito allí. La casa es quemada y pierde su libro. A pesar de perder su trabajo de 20 años, ella decide reescribirlo. Debido a su estado de salud y las circunstancias vitales opta por reescribir solo los últimos capítulos que son el libro actual del que disponemos (12).
Os invito a bucear un poco en la biblioteca digital que nos ha quedado de este lugar tan emblemático para no olvidarnos de su existencia y valor a lo largo de casi un siglo de vida.
(1) https://www.specialcollections.uct.ac.za/jagger-reading-room
(2) https://ibali.uct.ac.za/s/jagger/page/people
(3) https://ibali-manifest.uct.ac.za/jagger/
(4) https://ibali.uct.ac.za/s/jagger/page/conservation
(5) En Ciudad del Cabo, el duelo por una biblioteca africana irremplazable (semana.com)
(9) https://en.wikipedia.org/wiki/Louisa_Bolus
(11) https://ibali.uct.ac.za/s/olive-schreiner-literary-archive/page/index
(12) https://letraslibres.com/revista/marxismo-y-feminismo-una-perspectiva-historica/
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