EPIDOSIO 9. LIBRERÍA GERTRUDE & ALICE

Nos quedaba un continente por visitar, Oceanía. Y también aquí hemos encontrado historias de librerías que merecen la pena ser contadas. Vamos a descubrir Gertrude&Alice, en la playa de Bondi, una de las playas más famosas de Australia. ¡Una librería a pie de playa rodeada de mar y surf! ¿Ya os la estáis imaginando?

La playa de Bondi está a las afueras de Sidney. Según cuentan en las guías, la playa de Bondi es una zona de surfistas, hippies… y su nombre proviene de una palabra aborigen que significa “agua que rompe sobre las rocas”(1). Además, esta playa está en la lista de Patrimonio Nacional de Australia (2).

Playa de Bondi. Fuente pixabay. Autoría: Gbates94

Y hablando de patrimonio y aborígenes, cómo no recordar el libro de Bruce Chatwin, “Los trazos de la canción”. Un viaje por la Australia de los años 80 que a mucha gente nos descubrió la cuestión aborigen en este país. Dicen que se inventaba muchas cosas en sus libros. Yo no lo sé, pero lo que sé es que conseguía hacerte querer viajar allí.

Foto de Bruce Chatwin. Av Viaggio routard.Fuente: https://snl.no/Bruce_Chatwin

Portada del libro. Trazos de la canción, Bruce Chatwin.

Y siguiendo con ese tema, no sé cómo veis la polémica novela “Voces del desierto”, de la escritora y médico Marlo Morgan. Se vendió como una historia verdadera a pesar de que asociaciones aborígenes lo negaban. El libro narra como una occidental de ciudad se ve inmersa en un viaje a pie por el desierto australiano en compañía de una tribu de aborígenes. La realidad es que en 1966 un grupo de aborígenes fueron a EEUU a hacer un cara a cara con la autora, que acabó confirmando que era pura ficción (3). Parece que esta parte de la historia no interesa al marketing del libro y nunca se le ha dado mucha difusión. Confieso que a mí la novela me gustó, pero creo que siempre partí de la idea de que aquello era ficción.

Marlo Morgan. Foto de https://www.megustaleer.com/autor/marlo-morgan/0000952760/

Volvemos a nuestra librería, Gertrude&Alice, seguro que ya nos estamos imaginando el tipo de librería, los colores, la madera de los muebles, la música de fondo… Además, os cuento que es cafetería librería. Ya hemos hablado de este modelo en algún otro episodio y he reconocido que soy fan y que sería mi negocio si me tocara la lotería. Así que no voy a comentar mucho más, excepto la importancia del buen café en estos lugares.

Nuestra librería de hoy, Gertrude&Alice da la bienvenida a un público ya concreto en su web: escritorxs, lectorxs, amantes del café y thespians. Esta palabra inglesa no la había oído nunca y, por si alguien no la conoce aparte de mí, se refiere a “artista, relacionado con el teatro, talento dramático”. Vamos, de esas palabras en otros idiomas para las que no tenemos una traducción directa porque tienen “contenido” propio. Quizás si os cuento el origen del nombre de la cafetería entendéis mejor “el público” de esta librería.

La historia de las fundadoras de esta librería es la de otras muchas: pasión por los libros, inspiración en sus viajes y en otras librerías como Shakespeare and Company, crear espacios vivos de cultura y encuentro. Pero, además, en el nombre, eligieron otra historia que merece ser contada.

De Gertrude ya hemos hablado en otros episodios, porque se refiere a Gertrude Stein (4). Aquella norteamericana que se fue a vivir a París en 1903 y, junto con sus hermanos, coleccionaba obras de artistas de la época (solo su colección de arte da para otro episodio) y que hicieron de su salón un lugar de encuentro de intelectuales y artistas de la época, conocido popularmente como el “salón Stein”. Seguro que la recordáis. Y también recordaréis que Stein también fue escritora. Su obra más conocida son unas memorias que publicó en 1933 con el título de “La autobiografía de Alice B. Toklas” donde se cuenta la vida en París en los años 30, pero también la vida de la autora y su compañera de vida, Alice B. Toklas (5). Alice sería su secretaria y cocinera, además de musa y editora, incluyendo entre sus tareas ser también la anfitriona de esposas y parejas de los artistas que se reunían los sábados noche en su casa (6). Y aquí os dejo la curiosidad banal que tiene toda historia. Parece que los brownies con marihuana se conocen popularmente con el nombre de Alice B. Toklas porque la receta de sus brownies incluía además de especias de todo tipo, cannabis.

Gertrude y Alice. https://www.flickr.com/photos/jumpfightgo/3416117675/ Blaise Freeman

Y como no puede haber una sola curiosidad en esta historia os cuento otra. De esas que busco para acabar relacionando cualquier historia con nuestra cultura local. Una de las líneas de un poema de Stein es de los más “popularizados” en el mundo: “Rose is a rose is a rose is a rose” de su poema “Sacred Emily” de 1913(7). Al leerlo, como chica nacida en los 80, me ha recordado inmediatamente a la canción de Mecano. Así que he querido comprobarlo y sí, lo que todas habíamos pensado, está basado en este poema(8)

Así que el nombre de esta librería, para mí, se refiere al espacio que crearon juntas esta pareja allá en el París de la I y II Guerra Mundial y entreguerras, donde intelectuales y artistas encontraban un lugar donde estar y compartir, un lugar que les acogiera. Además de un homenaje a la historia de estas mujeres, es un punto de inspiración para crear en la Australia del siglo XXI este otro espacio donde los visitantes encuentren ese lugar que acoja. No obstante, cuando visité la web por primera vez, como buena librería del siglo XXI, ví que tenía merchandising y tenía una tote bag con el perfil reconocible de Gertrude Stein. Y aquí, en ese dibujo, me falta Alice. Si ya vivió toda su vida a la sombra de la autora me hubiese gustado encontrar en el merchandising a la otra parte de la pareja. Me ha recordado demasiado a la invisibilidad y, en ocasiones, fin de la carrera propia de muchas mujeres al dedicarse por completo a la carrera y vida de su marido. Véase Zenobia Camprubí detrás de Juan Ramón Jiménez, Clara Schumann en la música detrás de Robert o Lee Krasner detrás de Pollock. Y las de ellas que no conocemos, ¿algún ejemplo más que os venga a la cabeza?

Pero debo decir, que revisando la web he visto que sí tienen esa tote bag con la silueta de dos rostros que parecen máscaras de teatro pero que si las miras bien, son las siluetas de Gertrude y Alice.

Esta librería también tiene otra peculiaridad: empezó siendo una librería especialmente de segunda mano. En su web cuentan cómo fueron guardando libros de segunda mano en sus casas hasta llegar a 40.000 antes de encontrar el local y empezar con el proyecto (9). ¿Qué os gusta de las librerías de segunda mano? Igual hay que dedicar un episodio a las librerías de segunda mano. A mí me encanta pasearme por ellas con mi lista mental de tesoros por encontrar. Pero tiene que ser que pase por allí, es como el regalo del día. En Santander hay unas cuantas (hace unos años no había ninguna). Me gusta mucho Aida Books porque tiene detrás una ONGD que trabaja con proyectos de cooperación para el desarrollo. Pero, volviendo a la experiencia “librería de segunda mano”. Tengo una lista mental de autorxs (también algún libro concreto) que busco siempre que voy a una librería de segunda mano. No siempre busco esa lista concreta porque el libro ya no se edite, sino porque me gusta pensar en encontrarlo en estos lugares porque otra persona lo ha dejado. A veces dentro del libro te encuentras con notas, marcapáginas, dedicatorias… te puedes imaginar la vida anterior del libro y la persona. Me parece algo divertido y, además, me ha llevado a una conclusión: hay libros de los que nadie se quiere deshacer y son difíciles de encontrar de segunda mano. Por ejemplo, en mi lista está Stefan Zweig. Solo he encontrado un libro de él de segunda mano en todos estos años. Ya sé que Acantilado lleva unos cuantos años editando toda su obra (alguno he comprado para mí o para regalar) pero a mí me gusta encontrar las ediciones anteriores. Y otra autora a la que siempre busco es a María Teresa León y de ella no he encontrado todavía nada. ¿Y vosotras, hacéis esto mismo?

Para cerrar este episodio me gustaría volver a la imagen de la librería, en una playa llena de surfistas, que también visitarán la librería. ¿Tendrá una sección propia sobre novelas o libros sobre surf? Y me ha hecho pensar en lo poco que sé de ese deporte a pesar de ser de costa y del norte de España. Así que he preguntado a un antiguo alumno que sé que hace surf y como antigua profe suya de emprendimiento me ha hablado de un libro: “Let my people go surfing” de Yvon Chouinard (10), que cuenta la historia del emprendedor que creó la marca Patagonia. Y propone algo que no sé si todo el mundo compartirá: para lograr el “éxito” hay que unir armoniosamente lo personal y lo profesional. ¿Qué opináis sobre eso? Creo que las fundadoras de esta librería también tuvieron ese objetivo. ¿Existirá un equilibrio entre hobbie y trabajo?