El primer episodio de esta nueva temporada se lo vamos a dedicar a los libros sobre ruedas. Esto significa que vamos a descubrir historias de las que nos gustan sobre bibliobuses y librerías ambulantes.
¿Habéis estado alguna vez en un bibliobús? Yo los descubrí viviendo en Madrid y me parecieron el mejor invento del mundo además de tener algo mágico. Lo primero que pensé al verlo y usarlo fue ¿por qué esto no existe en mi pueblo? Vengo de un sitio donde para ir a la biblioteca tenías que ir a la “capital” del municipio y no había ni siquiera transporte público para ir hasta allí. A día de hoy sigo pensando que sería necesario y obligatorio un bibliobús en todos los municipios de Cantabria porque tienen muchas pedanías desperdigadas y os aseguro que siguen mal comunicadas aún hoy en día. Así que aquí dejo mi alegato por la inversión en los próximos años para dar también acceso a la cultura a todas esas zonas rurales que tanto dicen los medios de comunicación que queremos revitalizar (1)
Volvamos a lo nuestro, a las historias curiosas. ¿Cuándo nacen los bibliobuses? ¿Lo sabéis? En el mundo, los primeros los encontramos en el siglo XIX en Estados Unidos y Reino Unido. (2)
Las primeras bibliotecas móviles datadas las encontramos en Estados Unidos en 1839. El Smithsonian, del que hablamos en el episodio de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, tiene una colección (y única) de los carros de madera que se utilizaban.
En el Reino Unido, se han encontrado datos de la The Warrington Perambulating Library, de 1858 y también tirada por caballos. (3)
Y curiosamente, a finales del siglo XIX también en Estados Unidos, los clubes de mujeres empezaron a utilizarlos en Texas y después a lo largo de Estados Unidos como una forma de difundir sus ideas. La fundadora original se llamaba Kate Rona y su idea se extendió en el siglo XX por otros lugares. (4)
Será una mujer, Mary Titcomb, la que introduzca este servicio como algo más oficial, ya en el siglo XX (5). Lo que ella propuso era comprar un caballo con un carro para llevar los libros a aquellas zonas donde no llegaba ni el tren ni otro medio de transporte. Se trataba de no ser solo un mecanismo de entrega como eran ya el tren o la diligencia, sino una verdadera biblioteca.
Fuente: (Fuente: https://archives.library.illinois.edu/ala/have-books-will-travel/)
Tenemos libro de esta historia y además en forma de fotografía, eso sí, en inglés: «Library on wheels: Mary Lemist Titcomb and Americas’s first bookmobile» de Sharlee Glenn. Publicado en 2018. (6)
¿Y en España cuándo surgen? Creo que casi todas los situaréis en la II República (7). En esta época, además de escuelas, se construyeron muchas bibliotecas dentro del proyecto de las Misiones Pedagógicas. Según la investigadora Rosa San Segundo, se pusieron en marcha más de 11000 bibliotecas entre 1932 y 1935. Entre esas nuevas bibliotecas, se incluyeron las bibliotecas móviles que entonces se llamaban bibliotecas circulantes y también dependían del Ministerio de Instrucción Pública, (8)
Puede que también os suene el Servicio de Bibliotecas del Frente que Cataluña mantuvo durante la Guerra Civil hasta 1939 (9). Sobre este bibliobús catalán de la Guerra Civil he encontrado una de esas historias que me gustan. La historia en cuestión cuenta cómo escritores y escritoras catalanas (Mercé Rodoreda o Pompeu Fabra entre otros), cruzaron a Francia en este vehículo para exiliarse. La última vez que se vió el bibliobús fue en Perpignan. Mi pregunta es ¿qué hicieron con él? ¿Acabaría en un vertedero o estará en un museo? (10)
Después de la guerra, no es hasta 1953 cuando se inaugura el primer bibliobús en Madrid. Y aunque no os lo creáis, tenemos que esperar hasta los años 90 para la profesionalización de este servicio. Es en ese momento cuando se integran estos bibliobuses dentro de los sistemas bibliotecarios. Y en este contexto, se creó en 1997 un Grupo de Trabajo sobre Bibliobuses, dirigido por María Antonia Carrato Mena, que desarrolló las “Pautas básicas” del funcionamiento de este servicio. (11)
Hoy en día, la web de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles recoge los que siguen funcionando y no todas las Comunidades Autónomas ofrecen este servicio.(12) Ya os he comentado que en Cantabria no existen, pero sí los encontramos en otras comunidades autónomas como Canarias, Murcia, Castilla La Mancha, Asturias o Castilla y León, entre otras. Lo que se ve en la web es que no es un servicio generalizado en toda la comunidad, sino que depende mucho de la zona y parece que también del apoyo municipal.
Como os podéis imaginar, este maravilloso invento de los bibliobuses no tardó en expandirse y adaptarse por todo el mundo en distintos formatos, tanto desde lo público como desde lo privado. La idea original es una biblioteca móvil y a partir de esa movilidad podemos encontrar muuuchas formas. Si queréis curiosear con imágenes de antiguos bibliobuses, aquí tenéis el enlace perfecto: https://ebookfriendly.com/retro-photos-libraries-wheels/ y si queréis ver los más modernos, en este otro enlace: https://www.biblogtecarios.es/robertosoto/interior_bibliobus_disenos_/ ¡Qué sitios tan bonitos!
Pero nosotras vamos a detenernos en algunas de estas opciones. Seguro que habéis oído o visto fotos en Instagram del “italiano del carromato” o de las biblioburras en Colombia. ¿Queréis saber más de estas bibliotecas móviles?
El Bibliomotocarro más conocido de Italia es la materialización del sueño de un maestro jubilado, Antonio La Cava. Más de 1000 libros infantiles que ofrece en préstamo o para consultar por 8 municipios de Basilicata. Pero parece que el producto estrella es «el libro de escribir». Se trata de un libro con páginas en blanco donde esos niños y niñas pueden escribir lo que quieran: experiencias, cuentos… Luego, en la siguiente parada, otros niños y niñas continúan esos historias. (13)
Pero también en Italia encontramos otras opciones más recientes de libros sobre ruedas, esta vez, en formato librería. Por ejemplo, Alessandro Minnella, en Asti, Piamonte, decidió dejar su puesto de trabajo durante la pandemia y montar esta librería móvil, “Pagine erranti”, va a mercados y entrega pedidos a domicilio por toda la zona. (14)
Y al hablar de las librerías ambulantes, tenemos, obligatoriamente, que mencionar la novela de Chistopher Morley traducida en castellano justo con ese título “La Librería Ambulante”. Creo que cualquier amante de los libros habrá encontrado en esta novela una historia inspiradora. Pero también, teniendo en cuenta que se escribió en 1917 y por un hombre, una historia de empoderamiento de una mujer. El arranque de la protagonista de adquirir ese carromato de libros suena a aventura desde el primer momento. Sin duda, la protagonista de la novela es una delicia de personaje que creo que es imposible que no te enamore con ese grito de libertad. La librería se llama “El Parnaso” y de hecho, su título original en inglés es Parnassus on wheels. Si todavía no la habéis leído, hacedlo.
Sigamos con más historias de bibliotecas móviles. Si nos pasamos a las bibliotecas y animales encontramos unas cuantas. Ya vimos que el origen de las bibliotecas móviles lo encontramos con los caballos pero ¿qué otros animales se han dedicado a las bibliotecas?. Quizás la historia más conocida es la del Biblioburro de Colombia que protagonizan Alfa y Beta, los dos burros que llevan este servicio en la zona interior de la Colombia caribeña. Alfa lleva los libros y Beta, a su creador Luis Soriano. Otro maestro de primaria que inició este proyecto en los 90, en pleno conflicto, y empezó con solo 70 libros. Desde 2010, el proyecto se ha convertido oficialmente en una fundación que busca mejorar el problema del analfabetismo en el Caribe colombiano. (15) Si preferís, podéis encontrar el documental para conocer esta historia un poquito más.
La opción de la burra y la biblioteca ha llegado a otros países de América Latina pero también a países de África, como por ejemplo, en Etiopía (16) o en Asia, en Indonesia. En 2015, el indonés Ridwan Sururi con su caballo Luna puso en marcha Kudapustaka (que significa «biblioteca a caballo» en su idioma). De nuevo, el objetivo es llevar libros a zonas donde la alfabetización es muy escasa. Pero también tenemos historias de elefantes en el norte de Tailandia. Este primer proyecto de elefantes biblioteca en el norte de Tailandia ganó el 2002 un premio de la UNESCO. Pero también lo encontramos en otros países como Laos. (17)
Además de bibliobuses y animales, tenemos otras opciones de bibliotecas móviles que se han ido adaptando a los nuevos medios de transporte y formas de movilidad de las personas. Quizás conozcáis el proyecto de Bibliometro. Yo también lo conocí en Madrid pero deberíamos saber que la idea original surgió a finales de los 90 en Chile (https://ecomovilidad.net/barcelona/bibliotecas-dentro-del-metro-1-los-antecedentes/ ) Y por matizar, en España, el primer lugar que lo puso en marcha, fue Valencia, en 2004, un año antes que Madrid. El objetivo, acercar la lectura a las personas a través de la red de metro. Las versiones del servicio cambian según el país.
Además de bibliobuses y animales, tenemos otras opciones de bibliotecas móviles que se han ido adaptando a los nuevos medios de transporte y formas de movilidad de las personas. Quizás conozcáis el proyecto de Bibliometro. Yo también lo conocí en Madrid pero deberíamos saber que la idea original surgió a finales de los 90 en Chile (18 ) Y por matizar, en España, el primer lugar que lo puso en marcha, fue Valencia, en 2004, un año antes que Madrid. El objetivo, acercar la lectura a las personas a través de la red de metro.
Pero además del metro, ¿qué os parecen barcas bibliotecas? Chile también tiene “bibliolanchas” que consistía en un barcaza que se desplazaba por los canales de la Isla de Chiloé en el sur de Chile, llevando libros a las comunidades más aisladas. Y otro proyecto genial de Chile, el Casero del libro, proyecto que consiste en la instalación de puntos de préstamo en los mercados agropecuarios existentes a lo largo de Chile, (19)
Lo que queda claro es que si los lectores y lectoras no podían ir a la librería o la biblioteca, la librería o la biblioteca iría a ellos y ellas. Por formas no va a ser.
(1) https://www.rtve.es/noticias/20210525/bibliobus-supera-usuarios-castilla-mancha/2093341.shtml y https://www.biblogtecarios.es/robertosoto/bibliobuses-y-despoblacion/
(2) http://www.vmt.org/wp-content/uploads/2019/11/The-Bookmobile-History-In-America.pdf
(3) https://en.wikipedia.org/wiki/Warrington_Perambulating_Library
(4) https://en.wikipedia.org/wiki/Bookmobile
(5) https://archives.library.illinois.edu/ala/books-wheels
(6) https://www.abramsbooks.com/product/library-on-wheels_9781419728754/
(7) https://blog.bne.es/biblioteconomia/2016/10/24/historia-de-los-bibliobuses-en-espana/
(8) https://www.biblogtecarios.es/lauranovelle/14-de-abril-bibliotecas-y-republica/
(9) Guerra civil – En Cataluña: las bibliotecas como instrumento de libertad (diba.cat)
(10) https://eltranvia48.blogspot.com/2014/03/el-bibliobus-en-barcelona.html
(11) https://blog.bne.es/biblioteconomia/2016/10/24/historia-de-los-bibliobuses-en-espana/
(12) Inicio – Asociación de profesionales de bibliotecas móviles (bibliobuses.com)
(13) https://www.libropatas.com/libros-literatura/el-bibliomotocarro-una-manera-original-de-promover-la-lectura/) y https://universoabierto.org/2019/01/29/el-bibliocarromato-del-maestro-la-cava-recorre-el-sur-de-italia-llevando-el-amor-a-la-lectura/) y http://laantiguabiblos.blogspot.com/2014/05/el-bibliomotocarro-de-antonio-la-cava.html
(14) https://es.euronews.com/2021/03/26/la-venta-ambulante-de-libros-un-sueno-relalizado-y-un-servicio-a-los-clientes-en-la-pandem y https://www.italiachecambia.org/2021/03/alessandro-ex-operaio-libreria-itinerante/
(15) https://es.wikipedia.org/wiki/Biblioburro y https://tropicalcommons.co/es/2019/05/29/biblioburro/
(16) https://www.ethiopiareads.org/2019/12/18/donkey-mobile-library/
(17) http://www.laoamericanmagazine.com/2012/08/elephant-mobile-library/ y https://en.wikipedia.org/wiki/Bookmobile
(18) https://ecomovilidad.net/barcelona/bibliotecas-dentro-del-metro-1-los-antecedentes/
Poner ruedas a los libros es como dar alas a las ideas y a las emociones. que su lectura despiertan.
Imagino pagar el billete de bus con solo recitar un pasaje del último libro leído..
La huella de la vivencia,es más que la vivencia en sí.
Gracias Lucía .
¡Qué bonita idea la de recitar como precio del pasaje! Gracias a ti, Ramón.