El episodio de hoy está dedicado a una biblioteca. Puede que os estuvieseis empezando a preguntar si habría alguna biblioteca con curiosidades que contar por aquí cerca, por España. En realidad, creo que tendremos más de una, pero siendo la primera que vamos a comentar ubicada en este país y siendo yo de Cantabria, tenía que elegir la Biblioteca Menéndez Pelayo, en Santander.
¿Cuántas la conocéis? ¿De nombre? Y no es la biblioteca de la Universidad conocida por sus cursos de verano en el Palacio de la Magdalena en Santander. ¿Habéis estado? Pues yo no he entrado nunca, y eso que llevo más de 10 años viviendo en Santander. Tiene delito que dejándolo, dejándolo… no la haya ido a visitar nunca (y ahora cerrada por una temporada). ¿A que a vosotras os ha pasado con algún lugar histórico cerca de vuestro hogar? Me acuerdo de un chico romano que me confesó que nunca había estado en el Coliseo y me sorprendió. Ahora creo que todos tenemos este tipo de sitios cercanos que, justo por eso, por estar cerca, no llegamos a visitar hasta que sin saber cómo, se cruzan los astros para ir. Eso sí, a las visitas les he recomendado ir a verla y algunas hasta me han hecho caso. Como está todavía cerrada por obras y pensando que igual os apetece verla ya, os dejo el enlace a la visita virtual: https://www.bibliotecademenendezpelayo.es/visita-virtual/
Lo primero que os cuento es dónde está situada en la ciudad. El actual edificio está en el centro de Santander, pared con pared con el Museo Municipal de Arte Moderno de Santander, el MAS (también cerrado porque hace poco se incendió). Al lado de la Biblioteca Municipal en un edificio horrible y casi compartiendo patio con la Fundación Gerardo Diego.
El edificio que vemos hoy responde a una última reforma que hizo el arquitecto Leonardo Rucabado, de Castro Urdiales, como yo (cosa que he descubierto al hacer este episodio). Leonardo Rucabado estaba ilusionado con este proyecto, pero no pudo verlo acabado porque falleció por la gripe española en 1918. (1) Si queréis ver otros edificios de este arquitecto encontraréis unos cuantos en Castro Urdiales, pero si decidís visitar este municipio, y aunque suene raro, os recomiendo ir al cementerio de La Ballena porque, además de ser uno de los más bonitos según “premios de belleza” que se dan a estos lugares, os encontraréis construcciones de varios arquitectos muy reconocidos (en España) del siglo XIX y principios del XX como el propio Leonardo Rucabado o Eladio Laredo. Y ahí, en el panteón que hizo él mismo para la familia de su mujer, está enterrado Rucabado.
Pero la biblioteca de Menéndez Pelayo nació mucho antes que este edificio. Esta es una de las características de las bibliotecas: son como seres vivos que nacen y crecen lentamente. Tener una biblioteca es un proyecto vital, y eso es lo mejor y lo peor de una biblioteca, la tienes que cuidar toda tu vida, tener claro tu objetivo, lo que quieres ir recogiendo en ese lugar… A mí me parece complicadísimo si lo analizo con mi propia “bibliotecuca” (no es para tanto porque soy muy de biblioteca pública). He cambiado a lo largo de mi vida (como todas las personas) y veo esa evolución en los libros de mi biblioteca personal: distintos gustos, distintos recursos, distintas etapas. ¿Cómo lo haría este hombre? Sin duda lo hizo muy bien y este lugar lo demuestra, y es que para él, era el único de sus proyectos del que sentirse medianamente satisfecho (2).
Marcelino Menéndez Pelayo empezó a coleccionar libros desde muy pequeño, con muy buen sentido del gusto y muy organizadamente, porque ya sus primeros 20 libros los organizó exhaustivamente detallando títulos, edición y su proveniencia. Podéis ver la evolución de la biblioteca en la web oficial de la misma, cómo empezó con una estantería, luego una sala de la casa, después una planta y así hasta ocupar el jardín de la familia con el edificio que vemos hoy en día (3). Y ese jardín se ha utilizado durante muchos años, en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, para representar teatro, poesía, lecturas dramatizadas… en verano y al aire libre en lo que se llamaban “Noches en la biblioteca”. Ahora han pasado a llamarse “Noches de teatro” y se hacen/celebran en la Catedral. En el jardín encontramos bustos de personalidades ilustres hasta llegar a la casa museo de la familia que también es sede de la Sociedad Menéndez Pelayo. (4)
Puede que la imagen de la sala principal os suene. Una sala completamente de madera, con unas escaleras centrales y un estilo clásico estricto. Pero no es agobiante, sino que es de esos lugares en los que te apetece entrar y quedarte a leer un rato. Igual la recordáis de algunas escenas de la película Altamira.
Menéndez Pelayo se fue muy joven de Santander. Con 15 años se marcha a la universidad y a partir de ese momento vuelve a Santander en vacaciones o de visita. No obstante, decidió dejar a esta ciudad su joya más querida: su biblioteca. De hecho, volvió unos meses antes de fallecer para ya descansar aquí. Pero Menéndez Pelayo, con esa fama de intelectual y sabio, debía desconfiar un poco de los políticos, porque dejó claro que si Santander no cuidaba la biblioteca adecuadamente debería ser llevada a la Universidad Central de Barcelona, hoy Universidad de Barcelona. Debía fiarse más de la academia y la ciencia de cara a valorar su Biblioteca y cuidarla. A su muerte había reunido 1.032 manuscritos, 17 legados de diferentes autores y 41.500 títulos de impresos de los cuales 20 son incunables, 1.124 del siglo XVI, 1.225 del siglo XVII, 2.839 obras del XVIII y 35.260 del XIX y el XX (hasta 1912). Además de una colección de 870 títulos de publicaciones periódicas. En su testamento dijo que no se debía ampliar. Supongo que porque ¡quién iba a tener su mismo criterio a la hora de seleccionar obras! Me ha encantado ver cómo muchos de esos libros eran regalos, cosas encontradas por Europa que amistades le enviaban por si tenían algún valor, etc. La gente le admiraba y le regalaba libros. ¿No es algo precioso que alguien busque tesoros para regalárselos a un intelectual de la época porque era una referencia social? Igualito a hoy en día (5).
No sé en cuánto puede valorarse económicamente una biblioteca así en la actualidad y de ahí me ha surgido la duda sobre los libros a los que más valor “económico” se les ha dado desde el mercado en estos tiempos. Esos que son catalogados como obras de arte y valen millones. Pues bien, no me ha sorprendido encontrar en el primer puesto o segundo (según la fuente) un libro de Leonardo da Vinci, el Codex Leicester, por unos 23 millones de euro (aunque depende donde lo mires, lo que resulta algo sospechoso) Se trata de un documento de 72 páginas de carácter científico que recoge información sobre astronomía, metereología, geología, hidráulica, cosmología y paleontología. Y lo compró, ¿quién? Bill Gates. (6) Pero resulta que, en 2017, otro libro parece haber desbancada a Da Vinci después de más de 20 años en ese puesto. Se trata de «El libro del mormón». Es un manuscrito de 1830 que recoge escritos de distintos profetas de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que fue vendido por 35 millones. Pero este libro no aparece en todas las listas que he localizado, lo cual también me hace sospechar de su veracidad. En otras listas, aparece la Biblia de Guttenberg (7) pero normalmente en puestos más bajos. ¿Os acordáis que ya hablamos de este libro en otro episodio? Aunque si hablamos de una de las primeras copias que hizo el inventor de la imprenta, la revista Quo (que ya no existe en papel) habla de un libro de 13 páginas, «La Tarea» , que ha sido vendido por 153 millones de euros (8) Así que como conclusión solo puedo decir que es muy raro que haya tanto baile de datos sobre este tema y si tengo que elegir uno, me quedo con el Da Vinci porque es el que aparece en todas las listas. En todo caso, si pudieseis elegir un libro de este tipo, ¿cuál os gustaría tener? Sin pensarlo mucho, al hacer esta pregunta, el primero que me ha venido a la cabeza ha sido el manuscrito de «La Declaración de Derechos de la mujer y ciudadana» de Olympe de Gouges. ¿Y a vosotras?
Sobre la figura de Menéndez Pelayo he llegado a la conclusión de que no es suficientemente reconocido. Yo creo que lo conozco porque es cántabro. De hecho, fue uno de los defensores de llamar a la provincia de Santander, Cantabria (9). Pero, ahora que he tenido la oportunidad de analizar un poco su vida, realmente es un personaje que merece la pena conocer. ¿Sabíais que estuvo nominado al Premio Nobel? ¿Sabíais que fue la única persona miembro de las cuatro Reales Academias: Lengua, Historia, Ciencias Morales y Políticas y de Bellas Artes de San Fernando? ¿Sabías que cambiaron la ley para bajar la edad en la que se podía uno presentar al examen de catedrático? Cuentan en la web de la biblioteca que quizás fuese el catedrático más joven del mundo con sus 22 añitos.
Ya su paso por la universidad deja un par de historias curiosas. Para empezar, pasó por tres universidades para acabar sus estudios de Filosofía: Barcelona, Madrid y Valladolid. Le encantaba Barcelona, sin embargo, a causa de la inestabilidad derivada de las Guerras Carlistas, su familia decidió que se trasladase a estudiar a Madrid. Pero en Madrid chocó con el profesor Salmerón, ese que fue presidente, durante mes y medio durante la I República, y se tuvo que ir a Valladolid para poder aprobar la carrera. Allí conocerá a otro profesor, Laverde, que marcará su carrera y se encargará de desarrollar su fama de “polémico, el que debatía todo y con sus conocimientos podía dejar a cualquiera sin palabras. Su fama de amar el debate le llevó a decir al presidente Cánovas, que Menéndez Pelayo “empezaba donde los demás habían acabado”, y creo que esto iba porque también fue político (10).
Salmerón Laverde Cánovas
Cuando encontré esta información sobre la relación entre Marcelino y el profesor Laverde, me vino a la cabeza la vida académica de hoy en día. Por suerte o por desgracia he pasado el proceso que conlleva hacer una tesis doctoral y estar dentro de una universidad. Y, por esa experiencia, me atrevo a decir que esas dinámicas de reverencia a cierto profesorado siguen existiendo. Ese profesorado que hace sin dudar todo lo que “el mentor o mentora catedrática” pide aunque creo que cuestionándoselo bastante internamente .
Curiosamente, acabó siendo catedrático en la que hoy sería la Universidad Complutense, de donde tuvo que salir por “incompatibilidades”. Mientras vivió en Madrid, su alojamiento fue la Fonda de las Cuatro Naciones, donde coincidió, por ejemplo, con Rubén Darío, que cuenta que su cuarto estaba lleno de libros que impedían andar y que las sábanas estaban manchadas de tinta. (11) Cuentan que estaba tan centrado en los libros que había que recordarle que necesitaba comprarse ropa porque la que llevaba ya estaba muy desgastada. Y en ese momento, él decía que sí, pero que también tenía muchos libros que encuadernar (12).
Dejó esta fonda cuando fue nombrado bibliotecario de la Academia de la Historia y se trasladó a una habitación en la propia Academia, para estar más cerca de los libros. Se me hace raro que hubiese un dormitorio para estos casos en una “Academia”, ¿seguirá existiendo? ¿Más gente hizo de esta habitación su lugar de residencia? Unos años después, en 1899, es nombrado director de la Biblioteca Nacional y decide renunciar a la cátedra para dedicarse a los libros desde la biblioteca más grande de todo el país. (13) De hecho, cuando finalizó sus estudios había sido becado y viajó por varios países de Europa conociendo las mejores bibliotecas del continente y seguro que todo eso lo aprovechó en su época de dirección de la Biblioteca Nacional. Sin duda, Marcelino Menéndez Pelayo fue de esos bibliófilos que supo hacer de esta pasión su profesión (14).
Pero, de todos los cargos que tuvo, parece que el que de verdad quiso siempre fue el de presidente de la Real Academia de la Lengua. Y fue candidato con el apoyo de Pérez Galdós, Antonio Machado, Pío Baroja, Azorín… entre otros muchos. Pero en la votación sufrió una gran decepción al recibir votos en contra de algunos que creía amigos. De hecho, con uno, se llegó a liar a bastonazos en la calle Alcalá. Lo cierto es que su candidatura rompía las reglas hasta ese momento establecidas y parece que en la votación no quisieron cambiarlas. Según estas reglas, tenía que ser presidente un aristócrata que hubiera sido ministro. Pero bueno, que sepáis que Menéndez Pelayo fue diputado, así que tan lejos no estaba (15). Quizás fue esa experiencia la que le hizo hacer un testamento tan específico sobre cómo debería gestionarse su biblioteca y evitar sorpresas de políticos en su biblioteca. Si queréis ver el testamento original está disponible en la web de la biblioteca (16) y es curioso el tipo de precisiones que recogió, como que el personal que trabajase allí debía ser del cuerpo de archiveros, que se seleccionaría a esa persona mediante oposición y se haría una prueba de griego, latín, francés y otros dos idiomas modernos. Marcelino sabía con quién se topaba y dejó todo muy clarito para evitar que el puesto fuese ocupado por “cualquiera”. Os podéis imaginar que la dirección siempre ha sido ocupada por hombres, pero… ha habido una mujer “directora interina”, Rosa María Fernández Lera, en dos periodos distintos mientras se hacía el proceso de selección según las indicaciones de Menéndez Pelayo. Entre 1994-1996 y 2004-2018. (17)
Entre sus amigos, casi siempre mayores que él, encontramos a Pereda (que tuvo que ir a Madrid a recordarle que no debía llevar una vida tan social) o Pérez Galdós, que, puede que no lo sepáis, pero pasó gran parte de su vida en Santander. Curiosamente, la Villa San Quintín que se construyó Pérez Galdós en Santander, también pudo haber sido otra biblioteca visitable en Santander. Cuando falleció, la idea original era que el ayuntamiento se hiciese cargo de esta biblioteca, pero hacía falta algún filántropo adicional para poder adquirirla. Poco después estalló la Guerra Civil y, tras la Guerra, este proyecto cayó en el olvido, así que la casa se acabó vendiendo a un particular, con lo que su biblioteca y bienes personales se trasladaron a Gran Canaria, al museo que se hizo en su ciudad natal. ¿No sería un lujo haber tenido esas dos bibliotecas en Santander? Hay un video muy cortito del canal de CervantesVirtual que te enseña la villa original de San Quintín y lo que hay ahora. ¡Una pena! Este año, la Sociedad Menéndez Pelayo ha hecho una exposición de Pérez Galdós y cuenta su vida en Santander, las obras que escribió aquí, la obra de San Quintín. Le debió costar mucho a Benito la obra, económicamente y anímicamente. Sabes cuándo empiezan, pero nunca cuándo acaban, y el presupuesto nunca coincide con lo previsto. https://www.youtube.com/watch?v=o8R2v4jVutw
De las joyas que tiene la Biblioteca Menéndez Pelayo podemos destacar, por ejemplo, “Las Eneadas” de Plotino (también de Plotino hemos hablado en otro episodio, ¿os acordáis de por qué?). Las Eneadas es la colección de sus escritos que hizo un alumno suyo. Y en este caso, se trata de una edición de Antonio Miscomino que financió Lorenzo el Magnífico en Florencia en 1492. Esto es para mí nivel bibliófilo alto. Nos podemos imaginar, y si queréis leerlo os dejo el enlace a la historia completa (18), que Marcelino se quedó embelesado ante este libro olvidándose de todo. Ahí ya sospechó Marcelino a quién podía haber pertenecido ese libro y luego lo confirmó, ¿os imagináis a quién? A Isabel La Católica, gran bibliófila en su época. Sobre su capacidad de ensimismamiento leyendo cuentan que una vez estando de vacaciones en Santander, en casa de su hermano Enrique, provocó un incendio y no se dio cuenta hasta que Enrique y su mujer volvieron del teatro y se encontraron la humareda en la habitación donde él estaba.
Otro libro muy famoso son las Crónicas Troyanas, del que Menéndez Pelayo consiguió una versión bilingüe. Este libro supone parte del origen de la lengua castellana y es una novela de caballerías. (19)
Y sobre su propia obra, gracias al trabajo de varias fundaciones, la tenemos completa y disponible, sus cartas incluidas,… en formato digital y de acceso libre: http://www.larramendi.es/menendezpelayo/i18n/cms/elemento.do?id=ms%2Fmenendezpelayo%2Fpaginas%2FObras.html. Creo que gran parte de su obra no es de fácil lectura pero quizás para algunas áreas del conocimiento necesarias. Dicen que gracias a él y a su trabajo se renovaron los estudios literarios (20) y fueron muy relevantes sus trabajos de crítica literaria. Defendió la tradición científica de España con obras tan importantes como “La ciencia española” y su aportación a la filosofía española ha dado lugar a alguna tesis doctoral (21). Sin duda, contribuyó con su granito de arena a la ciencia, sin embargo, ha pasado al olvido social, no sé si porque durante el Franquismo se “apropiaron” de su figura y eso genera rechazo en la actualidad o bien por su carácter y fama de polémico. Lo que sé, es que como en todas las ciencias vendrían otras personas que pudieron contradecir sus teorías pero eso pasa en todas las ciencias. ¡Hasta a Einstein! (22)
(2)https://www.bibliotecademenendezpelayo.es/historia-y-testamento/
(3)https://www.bibliotecademenendezpelayo.es/historia-y-testamento/
(4) http://www.sociedadmenendezpelayo.es/
(5) http://www.larramendi.es/i18n/corpus/unidad.do?idCorpus=1000&idUnidad=101534&posicion=1
(7) https://www.comunidadbaratz.com/blog/los-10-libros-mas-caros-del-mundo-y-que-todo-bibliofilo-querria-tener/#:~:text=La%20Biblia%20de%20Gutenberg%20(m%C3%A1s,que%20fue%20coloreada%20a%20mano.
(8) https://www.quo.es/ser-humano/g40626/estos-son-los-libros-mas-caros-de-la-historia/
(9) https://es.wikipedia.org/wiki/La_Montaña
(10) https://infoguadiato.com/index.php?page=111&liar=10162&p=111 y http://www.cervantesvirtual.com/portales/marcelino_menendez_pelayo/autor_biografia/
(11)https://edificiosmadridblog.wordpress.com/2017/10/04/hotel-internacional/
(12) http://www.larramendi.es/menendezpelayo/i18n/corpus/unidad.do?idCorpus=1000&posicion=1&idUnidad=101534 y https://www.alquiblaweb.com/2013/08/26/la-pasion-de-un-bibliofilo-menendez-pelayo/
(13) http://www.cervantesvirtual.com/portales/marcelino_menendez_pelayo/autor_biografia/#bibliografia_6
(14) https://www.eldiario.es/cultura/gran-obra-menendez-pelayo_1_3502313.html
(15) http://www.cervantesvirtual.com/portales/marcelino_menendez_pelayo/autor_biografia/
(16) https://www.bibliotecademenendezpelayo.es/historia-y-testamento/
(17) https://www.bibliotecademenendezpelayo.es/directores/
(20) http://revistadeliteratura.revistas.csic.es/index.php/revistadeliteratura/article/download/320/335
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